te voy a contar de primera persona la realidad de estas mujeres jornaleras, dado que me convertí en su defensora y su voz durante muchos años frente a los abusos que sufren a diario durante su instancia en los campos de Huelva.
primero me gustaría hablar sobre de que mujeres estamos hablando? y cual es su situación?
son mujeres de zonas rurales de Marruecos, puesto que las empresas prefieren ese perfil en concreto, mujeres de extrema vulnerabilidad, divorciadas, viudas y con hijos a cargo.
antes de llegar a los campos de Huelva pasan por un proceso de selección en su país de origen, por una persona enviada especialmente por los empresarios.
He tenido la suerte de compartir con estas mujeres durante 15 años y he podido conocer su realidad de cerca y aunque ya no este trabajando con ellas por defenderlas seguimos en contacto.
Fue una experiencia muy bonita y a la vez triste. digo bonita por todos aquellos momentos de alegría que les pude transmitir como su manijera durante la jornada laboral. mientras cosechaban arándanos contaban chistes y nos reíamos mucho. se ayudaban mucho entre ellas para que ninguna salga en la lista amarilla que nos traía el encargado cada mañana donde señalaba a las mujeres que no llegaban a coger los kilos. cuando terminaba la jornada laboral tocaba regresar a sus alojamientos donde se sentían prisioneras, y intentaban convivir entre ellas, salir por las carreteras que rodean las fincas puesto que viven en las mismas fincas donde trabajan y no disponen de medios de transporte para poder salir a hacer sus compras o simplemente despejarse.
Se han visto obligadas a pagar de sus bolsillos plazas en coches de personas que se dedican a trabajar de taxistas en las campañas de los frutos rojos o hacer «autostop» para poder llegar al núcleo urbano.
Son muchas las historias que hay que contar en este ámbito y que no se pueden pasar por alto.